Esto me recuerda a una escena de "El Crack" una película de Jose Luis Garci con Alfredo Landa de protagonista. Hablo de un film español de principios de los años ochenta. Cine negro que escaseaba totalmente entonces en nuestro país y que ahora se puede valorar como algo positivo en mitad de un gran charco de fango cultural en la época.
En el largometraje se puede ver como una niña sube al coche del detective protagonista, después de que este la recogiera a la salida del colegio, para después explosionar con ella dentro. Lógicamente, el explosivo iba dirigido a German Areta (Alfredo Landa) pero lo cruel del destino se muestra en lo crudísimo de la escena.
¿Porqué cojones digo esto?. Soy de los que no entiendo el porqué una escena muy violenta pero real, pero palpable, debe ser criticada en un videojuego. Si el cine debe aportar sensaciones amargas, trágicas, para poderse tratarse de un documento artístico y que transmita las emociones que pretende, el videojuego debería poder tener también esa permisividad, esa tolerancia hacia el creador, el artista. El videojuego también es un arte, cojones ya.
Si una escena igual o mucho más cruel fechada en 1982 en España no causa más que admiración cinéfila como la de "El crack" no me cabe en la sesera que casi treinta años después tengamos que soportar a miles de padres idiotas protestando por un contenido que ha de ser restringido (por ellos mismos principalmente) a mayores de edad y gente que, en general, no esté como una puta cabra.
Dejad el arte del videojuego en paz. Dejad trabajar a los creadores para que puedan decir lo que deseen por medio de el formato más innovador que existe ahora mismo.