El Puño Tras La Camara......(cine de artes marciales)

Unido
julio 1, 2008
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Bueno me decido a crear este post con el fin de hablar un poquillo del mal llamado cine de patadas y mamporros....xD....



Historia de las artes marciales en Hollywood:

A la introducción de ideas religiosas orientales en el seno de la sociedad estadounidense ha de sumarse la moda de las artes marciales, que a partir de los años 60 se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico. Este tipo de prácticas fueron extraordinariamente familiares para el norteamericano medio, y eso favoreció la generalización de ciertos contenidos de orden filosófico en el imaginario popular.


Desde que en 1954 Ed Parker, también conocido por sus intervenciones en el cine, comenzó a enseñar karate en la Universidad Bringham Young, ese tipo de entrenamiento se popularizó rápidamente.
Dos años después, Parker se trasladaba a California e iniciaba su tarea como instructor de figuras de Hollywood. Blake Edwards fue uno de los primeros en figurar en la lista de estudiantes, y esa pasión se detecta en sus films de los 60, donde no escasean las escenas de karate, eso sí, desde una perspectiva cómica. Poco después, Ed Parker enseñaba karate a Elvis Presley y también al guionista Stirling Silliphant, quien perfeccionaría su estilo con Bruce Lee, por entonces un joven profesor de kung-fu.
Silliphant, guionista de En el calor de la noche (In the heat of the night, 1967) y El coloso en llamas (The towering inferno, 1974), entre otros títulos, apoyó la carrera fílmica de Bruce Lee y redactó guiones en los que había escenas de artes marciales, caso de Los aristócratas del crimen (The killer elite, 1975) y El círculo de hierro (The silent flute, 1979).
Otros alumnos de Lee fueron los actores James Coburn y Steve McQueen. La nómina posterior de intérpretes que han estudiado artes marciales es muy amplia, pues no en vano este contenido es harto frecuente en el cine de hoy.
A partir de estas dos fuentes –filosofía oriental y artes marciales–, se fue consolidando una idea esencial para el estereotipo que aquí abordamos: que un ciudadano norteamericano cuyo origen no fuera asiático podía acceder a los misterios de la sabiduría oriental, convirtiéndose así en una suerte de paladín familiarizado con las dos culturas, pero firme defensor del estilo de vida americano. Evidentemente, una explicación de esta apropiación de caracteres ajenos tendría que ver con la propia configuración de la cultura popular americana, profundamente personal y a la par tributaria de diversas influencias.
Steven Seagal es uno de los intérpretes que mejor encarna en sus películas este tipo de representación. Los encargados de su promoción han identificado incluso algunas de las características del estereotipo en la persona del actor.


Seagal vivió un tiempo en Tokio, donde estudió artes marciales –aikido, kendo y karate– e idioma japonés. En Japón trabajó como guardaespaldas y profesor de inglés. Casado con una japonesa, su integración en la sociedad del país fue casi completa. Así, pues el propio actor se confunde con sus personajes, generalmente policías o militares instruidos en conocimientos de lucha y filosofía oriental.
Seagal aparece como profesor de artes marciales en Japón en la secuencia introductoria de Por encima de la ley (Above the law, 1988), de Andrew Davis. Recupera su cuerpo de un larguísimo coma practicando diversas ceremonias japonesas en Difícil de matar (Hard to kill, 1990), de Bruce Malmuth. Y desarrolla todo su repertorio de conocimientos marciales en Señalado por la muerte (Marked for death, 1990), de Dwight H. Little. Los personajes de Seagal parecen ninjas sin ropajes ocultadores. Cuando surge el peligro, una segunda personalidad, la iniciada, salta a primer plano, bien mostrando al maestro de la lucha cuerpo a cuerpo, bien al espíritu endurecido por la disciplina oriental. Recordemos en este sentido la escena de Difícil de matar en que el protagonista, Storm (Seagal), medita en una estancia de ambiente japonés. En su cuerpo se ha aplicado el kyu, una espectacular práctica curativa semejante a la acupuntura china y consistente en la aplicación de pequeñas dosis de una hierba, la mogusa, en distintas partes del cuerpo. La mogusa arde y el practicante ha de demostrar un gran conocimiento para la aplicación de esas brasas en su cuerpo, o bien una capacidad espartana para soportar el dolor. Storm parece dotado con ambas cualidades.
Chuck Norris, más ligado a las artes de lucha chinas que a las japonesas, también encarna con frecuencia este estereotipo.
Resultan especialmente interesantes aquellas de sus caracterizaciones en las que ha de enfrentarse con ninjas, por cuanto la presencia japonesa es en ellas mucho más evidente. Así, lucha con este tipo de mercenarios enmascarados en las ensoñaciones del adolescente Barry Gabrisky, protagonista de Juntos para vencer (Sidekicks, 1992), film en el que este joven, ayudado por un maestro chino (Mako), superará su problema de asma y acabará por convertirse en un luchador como su ídolo, el propio Norris.
La doble personalidad es usual en este tipo de personajes. Por ejemplo, en la película televisiva Samurai (1979), de Lee H. Katzin, Lee Cantrell (Joe Penny) compatibiliza el ejercicio de la abogacía con sus aventuras nocturnas por todo San Francisco, en las que sale siempre vencedor gracias al dominio de la espada japonesa. No obstante, a veces la condición de iniciado no es tan elemental como en el caso de Cantrell y conlleva algún tipo de deuda de honor o maldición familiar.
Así ocurre en American Samurai (1992), de Sam Firstenberg, donde el periodista Drew Collins (David Bradley), hijo adoptivo del gran maestro Tatsuya Sanga, reencuentra a su odioso hermanastro Kenjiro (Marc Dacascos) durante una competición internacional que se celebra secretamente en Estambul. Kenjiro, que ahora dirige un grupo yakuza, manifestará un encendido deseo de acabar con la vida de Collins, aunque la mayor pericia de éste con la katana le hará salir triunfante del duelo. Los lazos con Japón quedan, de esta forma, rotos definitivamente.
Scott Glenn encarnaba a un boxeador implicado en una sangrienta disputa familiar en El reto del samurai (The challenge, 1982), de John Frankenheimer. Una espada era el motivo por el que un potentado (Toshiro Mifune) pretendía acabar con los descendientes de su hermano, legítimo destinatario del arma. Contratado por estos últimos, Glenn acababa internado en una especie de monasterio guerrero donde era sometido a un tremendo entrenamiento, que incluía incluso el ser enterrado hasta el cuello, sin comida ni agua, a lo largo de varios días. Llegado el último tramo de la historia, la preparación marcial de Glenn estaba al mismo nivel que la de sus compañeros de estudio, como demuestra el hecho de que venciera en desigual duelo a Mifune.
El americano iniciado puede ser de muy distinta tipología. Quizá sea un adolescente, como Daniel, el protagonista de la trilogía Karate Kid, o su versión femenina, interpretada por Hilary Swank en El nuevo Karate Kid (The next Karate Kid, 1994), de Christopher Cain. Un vigilante de bar instruido en la filosofía oriental, como el encarnado por Patrick Swayze en De profesión, duro (Road house, 1989), de Rowdy Herrington.


Un veterano de Vietnam ciego, Nick Parker (Rutger Hauer), convertido en maestro de la espada japonesa en Furia ciega (Blind fury, 1990), de Phillip Noyce. Un grupo de pandilleros urbanos, como los de Samurai warriors (1990), de Addison Randall. Un policía (Rick Gianisi) convertido en un excéntrico superhéroe ataviado como un actor kabuki, caso de Sgt. Kabukiman NYPD (1990), producto emblemático de la Troma. Pesonajes de vídeo–juego, como la pareja central de Doble Dragón (Double Dragon, 1995), de James Yukich; y el sargento Guile (Jean-Claude Van Damme) de Street Fighter (Street Fighter, the movie, 1994), de Steven E. de Souza. Y, llegado el caso, incluso el perro protagonista de una serie de dibujos animados, Hong–Kong Phooey, producida durante los años 70 por Hanna–Barbera.
Está claro que la figura del americano iniciado rebasa las fronteras del thriller o el cine de acción. Incluso un género tan genuinamente americano como el western ha acogido a este estereotipo, dando lugar a productos de difícil calificación, como The master gunfighter (1975), de Tom Laughlin, en la que los vaqueros esgrimen espadas de samurai y el pistolero protagonista es maestro de karate; y Por la senda más dura (Take a hard ride, 1975), de Anthony Dawson, un film del Oeste cuyo reparto encabezan los actores afroamericanos Jim Brown, Fred Williamson y Jim Kelly, este último especialista en artes marciales, una especie de Bruce Lee de la comunidad negra en el auge del black power.
Kelly compartió reparto con Bruce Lee en Operación Dragón (Enter the dragon, 1973) de Robert Clouse, tuvo cierto éxito con Cinturón negro (Black Belt Jones, 1973), también de Clouse, e incluso inició una brevísima carrera en el cine de Hong-Kong con Tatoo connection (1978), de Lee Tso–Nan.
Brown, Williamson y Kelly fueron asimismo los protagonistas de Los demoledores (Three the hard ride, 1974), de Gordon Parks Jr., film de acción en el que debían enfrentarse a un científico racista. Una vez más, Kelly es el conocedor de las artes de lucha orientales. Lo mismo cabe decir de otro film con idéntico reparto, Apuesta peligrosa (One down two to go, 1981), de Fred Willamson.
Por su parte, El último dragón (The last dragon, 1985), de Michael Schultz, supone otra vuelta de tuerca en este tipo de planteamientos, pues al hecho de que sus protagonistas sean afroamericanos expertos en habilidades marciales une el hecho de que su constante banda sonora, confeccionada con música de discoteca, convierte al film en una especie de musical de artes marciales. Como puede comprobarse, las variaciones del estereotipo son numerosas, y es más que probable que, en razón de nuevas necesidades argumentales, aparezcan nuevas adaptaciones.


Listado de mis pelis favoritas de artes marciales:eek:rdenado cronologicamente...



El furor del dragón (Way of the Dragon), año 1972 y para mi la mejor de todas....












Karate Kid, año 1984, esta peli me marco, xD...











Retroceder Nunca, Rendirse Jamas(No Retreat, No Surrender), año 1985, la peli es rara y un poco floja, pero las peleas son brutales y los mensajes zen se salen...












Por encima de la ley (Above the Law Nico), año 1988, me encanta esta peli...













Contacto sangriento (Bloodsport) año, 1988, esta muy chula es como un videojuego...











Kickboxer, año 1989, que decir de esta peli, de las mejores del genero...











Cyborg, año 1989, un peli original como pocas.....












Arma perfecta (The Perfect Weapon), año 1991, buena peli de karate...












El unico, (The One), año 1996, genial peli...











Ong-bak, año 2003, brillante y fabulosa peli...














bueno y seguro que me dejo bastantes pelis por ahi, pero estas son de las que me acuerdo ahora, decid vosotros vuestras pelis favoritas tambien...
 
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