Cuarenta años de diferencia (Leerlo os echareis unas risas)

RUPER

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abril 23, 2007
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Y yo que se....
Pues viendo el correo un colega me a pasado este mail, disfrutad:

Escenario: Tienes que hacer un viaje en avión.


Año 1969: Te dan de comer, de beber y los periódicos que quieras. Todo servido por azafatas espectaculares.

Año 2009: Entras en el avión abrochándote el cinturón de los pantalones que te han hecho quitar para pasar el control, te sientan en una butaca en la que si respiras profundo le metes el codo en el ojo al de al lado y si tienes sed el azafato te ofrece una carta con cuatro latas a precio de oro. Si protestas, cuando aterrizas te meten el dedo por el culo para ver si llevas drogas.

Escenario: Manolo tiene pensado ir al bosque después de clase. Al entrar al colegio le enseña una navaja a Pancho con la que pretende hacer un tirachinas.

Año 1969: El subdirector lo ve y le pregunta donde la ha comprado. Le enseña la suya, que es antigua, pero mejor.

Año 2009: La escuela se cierra. Llaman a la policía, que se lleva a Manolo al reformatorio. Antena 3 y Tele cinco presentan los informativos de las 15:00 desde la puerta del colegio.

Escenario: Disciplina escolar

Año 1969: Haces una putada en clase. El profesor te mete dos hostias. Al llegar a casa tu padre te arrea otras dos.

Año 2009: Haces una putada. El profesor te pide disculpas. Tu padre le monta un pollo al profesor y a ti te compra una moto para el disgusto.

Escenario: Fran y Marcos se reparten unos puñetazos después de clase.

Año 1969: Los compañeros los animan, Marcos gana. Se dan la mano y terminan siendo colegas..

Año 2009: La escuela se cierra, Tele cinco proclama el mes antiviolencia escolar. El periódico 20 minutos dedica cinco columnas al asunto y Antena 3 aposta de nuevo a Matías Prats en pleno temporal frente a la puerta del colegio para presentar el telediario.

Escenario: Luis rompe el cristal de un coche en el barrio; su padre saca el cinturón y le pega unos buenos latigazos con él.

Año 1969: Luis tiene más cuidado la próxima vez, crece normalmente, va a la universidad y se convierte en un hombre de negocios con éxito.

Año 2009: Arrestan al padre de Luis por maltrato a menores. Sin la figura paterna, Luis se une a una banda. Los psicólogos convencen a su hermana de que el padre abusaba de ella y lo mantienen en la cárcel de por vida. La madre de Luis se enrolla con el psicólogo. Mercedes Milá abre la final de Gran Hermano con un discurso relativo a la noticia.

Escenario: Juan se cae mientras echaba una carrera y se araña en la rodilla. Su profesora, María, se lo encuentra llorando al borde del camino. María lo abraza para confortarlo.

Año 1969: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue jugando.

Año 2009: María es acusada de perversión de menores y se va al paro. Se enfrenta a tres años de cárcel. Juan se pasa cinco años de terapia en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María, en paro y endeudada, se suicida tirándose de un edificio. Cuando aterriza, lo hace encima de un coche y también rompe una maceta. El dueño del coche y el dueño de la planta demandan a los herederos de María por destrucción de la propiedad. Ganan. Tele cinco y Antena 3 producen juntos la película y definitivamente el plató de los informativos ya queda emplazado en medio de la calle.

Escenario: El fin de las vacaciones.

Año 1969: Después de chuparse una caravana del copón con toda la familia metida en un seiscientos tras un mes de vacaciones en un apartamento cochambroso de la costa, se terminan las vacaciones. Al día siguiente se trabaja y no pasa nada.

Año 2009: Después de volver de Cancún, en un viaje todo pagado, la gente sufre trastornos del sueño, depresión y amenorrea.

Conclusión: Nos hemos vuelto gilipollas.​
 

omis93

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noviembre 26, 2008
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Jaja madre mia que bueno, el mejor el primero XD
 
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abril 17, 2007
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Yo no me lo tomo a risa, es toda una realidad, solamente tengo 24 años pero cuando me portaba mal... zas en toda la boca! ahora un padre pega a su hijo y este termina en la inmundicia por esa menudez...
Quieren proteger tanto a los niños, por que quienes legislan estas normas son unos reprimidos y me reservo lo que pienso no vaya a er que la lie.
 
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Ya lo había leído... pero está bien recordarlol, muy bueno

Semos gilipoyas, si ... :buf:

Algún día os pondré lo de los treintañeros... que semos bastantes en el foro
 
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septiembre 4, 2007
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Yo lo que no soporto es eso del "síndrome pos-vacacional"... porque es que señores, hacen terapias, he visto oficinas a las que dejan ir con chanclas para abituarse poco a poco y grupos de relajación y cosas así.

Y luego TeleCinco que vamos, no lo veo nunca, y lo pones dos minutos y te dan ganas de vomitar.

Mi conclusión: sí, nos hemos vuelto gilis.
 

always81

always81
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octubre 19, 2007
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Despues de leerlo, me a venido a la mente una carta que me mandaron por meil, que la e podido encontrar ahora en una pagina y la pego aqui.
Lo que haciamos antes....imposible que lo hagan ahora...

La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir.
Fuimos la generación de la “espera”. Nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando. Teníamos que hacer dos horas de digestión para no morirnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión, y hasta los dolores se curaban esperando.

Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos:

Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad ni airbag. Hacíamos viajes de 10-12 horas con cinco personas en un SEAT 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas a prueba de niños. Montábamos en bicicleta sin casco, y más tarde en moto sin papeles.
Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
Jugábamos a ver quien era el más bestia.
Pasábamos horas construyendo carros para bajar por las cuestas y sólo entonces descubríamos que habíamos olvidado los frenos.
Jugábamos al “churro va” y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle.
Nadie podía localizarnos. No había móviles.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.
Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quien culpar, sólo a nosotros mismos.
Tuvimos peleas y nos “esmorramos” unos a otros y aprendimos a superarlo.
Comíamos dulces y bebíamos refrescos pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Compartimos botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada.
Nos contagiábamos los piojos en el cole y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.

Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a las chapas, a coger, al rescate…, en fin, tecnología punta.
Íbamos en bici o andando hasta casa con los amigos y llamábamos a la puerta. Sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel, ¿Cómo lo conseguimos?
Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de fútbol.
Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo de las fuentes públicas.
Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la escopeta de perdigones, antes de ser mayores de edad y sin adultos. ¡¡ Dios mío!!
En los juegos de la escuela no todos participaban en los equipos, y los que no lo hacían tuvieron que lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso…¿Qué horror, no inventaban exámenes extra!
Veraneábamos tres meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón.
Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo “:)” “:D” “:p”.
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

No os extrañe que ahora los niños salgan gilipollas.
Si tú eres de los de antes …………..¡Enhorabuerna!

Si nosotros fuimos tan felices con esa infancia, ¿Por qué no dejamos que nuestros hijos la tengan igual?

Esto, creo que se perdio por el camino hace muchisimo tiempo....
 
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