[Historia conmovedora] Nani, el niño abandonado que soñaba con ser como Figo

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mayo 12, 2008
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Nacido en Cabo Verde, emigró a un barrio marginal de Portugal junto a sus padres, los mismos que le abandonaron del todo cuando cumplió doce años. Su tía se encargó de su tutela y de darle un hogar y un futuro por el que luchar, junto a un balón, con el que pasaba siete horas diarias. Entrenaba y trabajaba como peón de una obra acompañando a su hermano Pablo, la persona que le enseñó a jugar al fútbol y consiguió una prueba con el equipo que le hizo dar el salto al Sporting de Lisboa. Con la ambición de superar el grupo de la muerte, Nani pide paso en una selección donde Cristiano Ronaldo capitaliza el protagonismo.

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Situado en el Océano Atlántico, el archipiélago de la República de Cabo Verde está estrechamente relacionado con Portugal, por compartir lengua oficial y por ser miembro de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa. Fue una antigua colonia portuguesa hasta que se convirtió en país independiente en 1975 gracias al intelectualismo que propulsó Amilcar Cabral. En aquella isla nació Luis Carlos Almeida da Cunha, más conocido como Nani. Hoy en día, un auténtico emblema de la cultura deportiva lusa. Pero para llegar hasta ser un referente para los niños ingleses y portugueses, tuvo que sobrevivir al abandono de sus padres con doce años, esquivar las drogas y la delincuencia en los barrios bajos de Amadora, una zona marginal de Lisboa.

Siendo aún un bebe, Nani emigró con su familia a Portugal en la década de los noventa, en busca de una vida mejor, con trabajo y recursos capitales para subsistir. Amadora fue el lugar escogido, un entorno equivocado para educar a un hijo, donde el tráfico de sustancias tóxicas y el vandalismo son la escuela de los chicos del barrio. No sale el sol en los barrios bajos lisboetas. Las probabilidades de ser una persona de éxito en Amadora son ínfimas; el barrio te atrapa y te impide crecer.

Cansado de las condiciones de vida, Domingos Almeida – su padre – se marchó de vacaciones a Cabo Verde. Se fue para no volver. Nunca regresó. No se supo nada más de él, aunque él siempre defiende que no lo hizo por un problema burocrático con Portugal y que le impedía la entrada a territorio luso. Con cinco años de edad, Nani era el menor de una familia de nueve hermanos liderada unicamente por su madre María. Siete años después, el pequeño Nani buscaba techo por los barrios bajos de Lisboa después de que su madre le abandonara para viajar hacia Holanda en busca de una nueva vida.

Santa Filomena, su nuevo hogar


Tuvo que crecer a contrarreloj, sin el cariño de un padre y de una madre. Aprendió a cuidarse por sí mismo, a diferenciar lo bueno de lo malo, los amigos de los enemigos interesados, bajo la educación de la danza de capoeira, un arte brasileño que combina facetas de las artes marciales, música y deporte, así como de expresión corporal.
Sin un techo donde cobijarse, encontró refugio en su tía, Antonia Almeida, que se encargó de su tutela y de sus cuidados hasta que cumpliera la mayoría de edad. Se crió en Santa Filomena, un barrio de chabolas en una colina con vistas a Amadora. En aquella zona residen una mayoría de familias caboverdianas y angoleñas, que emigraron a Portugal en busca de una mayor calidad de vida. La calle no tenía nombre, tan solo se reconocía por el número 184 coloreado en azul y que el polvo que ensuciaba la calle emborronaba.
No era un impedimento para pasar horas y horas practicando fútbol en las calles. La capoeira, el fútbol y la asociación juvenil del barrio evitaban que Nani contara con antecedentes penales. “Creció rodeado de penurias y sufrimiento, pero la lucha por la supervivencia le ha convertido en el joven jugador que es hoy", declaró Antonia en una entrevista para Sunday Mirror.

El niño que creció soñando ser como Figo


En Santa Filomena dormían hasta seis hermanos en una misma habitación. Este modo de vida le llevó a crear un lazo indestructible con su hermano mayor, la persona que le enseñó a jugar al fútbol. "Durante el tiempo que yo recuerdo, siempre estaba jugando al fútbol. Jugaría durante seis o siete horas al día, en cualquier lugar y con cualquier persona, fingiendo que era su héroe, Luis Figo. Incluso dormía con una pelota en su cama. Cuando tenía ocho años fue a ver jugar a su hermano mayor en el equipo local, el Real Sport Clube Massama, y ​​no pudo resistirse a patear la pelota a sí mismo”, confesaba Antonia Almeida.

Con catorce años, su hermano Pablo había decidido llevarle a una prueba con el Real Massama. Ya había sorprendido siendo un infante y volvió a impresionar siendo un cadete. "Él regateó el balón alrededor de algunos de los chicos mayores del equipo. Uno de los entrenadores vio su talento de inmediato y le pidió que volviera”, recuerda Antonia Almeida sobre la prueba que realizó. El club luso no dudó en contratarle y mejoró su calidad de vida. Le daban dinero, comida, material deportivo y le ayudaron a obtener una tarjeta de identificación y un pasaporte para viajar.

Nani despistó los problemas de los barrios bajos y lo que esto conlleva. Había conseguido dar forma a su sueño, aspirar a convertirse en jugador profesional. Mientras practicaba fútbol, acompañaba a sus otros hermanos a la obra, como peón, ayudando para sacar un dinero extra cuando el real Massama se lo permitía. El club se portaba como el padre que no tenía. Le invitaban a quedarse a dormir en casas de preparadores o compañeros. Era feliz, a pesar de tener que caminar a diario tres millas de ida y de vuelta a casa porque no podía permitirse el lujo de pagar un billete de tren.

Sir Alex Ferguson llamó a su puerta

Con 16 años de edad, Nani entrenaba con Sporting de Portugal y Benfica de forma alterna. Recorría kilómetros y kilómetros andando para cumplir con las pruebas hasta que el Sporting le ofreció hacer la pretemporada con el primer equipo. Sin dudarlo, Nani aceptó. ¿Cómo iba a poder rechazar la oferta del equipo donde se había desarrollado su ídolo futbolístico, Luis Figo?

Pero la verdad es que Nani rechazó al Benfica después de que Graeme Souness rechazara que los jugadores del Massama, en prueba con el club lisboeta, echaran un amistoso en Da Luz contra el Boavista. ¿El motivo? Una fuerte lluvia que ponía en peligro el estado del césped, en opinión de Sounnes.

En agosto de 2005 debutaba con el primer equipo contra Udinese en la tercera ronda de clasificación para la Champions League. Los lusos cayeron por la mínima pero Lisboa estaba de fiesta: había nacido una estrella. En 2007 fue elegido como jugador joven del mes de mayo; había conseguido explotar: más de cuarenta partidos con el Sporting de Portugal y un total de seis goles.

“¿Tiene la mentalidad suficiente para jugar en la Premier League? No, no quiero saber si es bueno técnicamente, lo doy por hecho. ¿Es fuerte mentalmente?”. Son palabras provenientes de la boca de Sir Alex Ferguson, técnico del Manchester United. Carlos Queiroz, por aquel entonces segundo entrenador del legendario entrenador escocés, se encontraba junto a David Gill en Portugal siguiendo la pista de Nani. "No quería saber si tenía buenos pies. Sabía todo acerca de eso. Él quería saber acerca de su personalidad, cómo podía hacer frente a un país diferente y un equipo diferente”, reconoce Aurelio Pereira, responsable de la sección de formación de las categorías inferiores del Sporting de Lisboa, en una entrevista para Daily Mail.

Su vida habla por sí sola de su fuerza mental. El movimiento en cuanto a su fichaje era arriesgado. Sin cumplir los veinte años, el Manchester United desembolsaba más de 20 millones por el “futuro Cristiano Ronaldo”. Estaba preparado para hacer brillar su estrella en Manchester.

A la sombra de Cristiano Ronaldo


Con Alemania y Holanda en el grupo, la confianza en que Portugal alcanzase los cuartos de final era escasa. Sin embargo, una victoria contra Holanda o un empate en función de terceros resultados, sería suficiente para sellar el pase. No ha sido la mejor temporada de Nani en el Manchester United. Con menor protagonismo que el que tuvo en anteriores temporadas, llega a la Eurocopa con el objetivo de ser el centro de atención.

No lo ha tenido fácil durante su corta trayectoria deportiva, pues siempre ha estado a la sombra de Cristiano Ronaldo, su compañero de selección. Las comparaciones son inevitables. Con el astro luso en la plantilla del Manchester United, el club fichaba a Nani, considerado su sucesor. No tuvo la relevancia esperada hasta que el Real Madrid no fichó a Cristiano Ronaldo. Tuvo que aguantar los paralelismos y críticas del comienzo pero logró sentar cátedra y rendir al público de Old Trafford a sus pies.

"Tiene el potencial para hacer lo que quiera. Él es uno de los jugadores más habilidosos de todo el país. Tiene un gran potencial”, describió Rio Ferdinand sobre Nani. En la primera cita de la Eurocopa, Portugal cayó sin merecerlo por la mínima contra Alemania. Se pudo ver como Nani, harto del excesivo protagonismo que la selección demanda en Cristiano Ronaldo, recriminaba a sus compañeros que no le pasaran el balón. Un día después en rueda de prensa explicaba el motivo: “Me gustaría recibir más balones. En la primera parte ellos dejaron más espacios en la banda izquierda y fue más complicado, pero en la segunda pude jugar mucho más por la mía y encontrar espacios, pero no fue así”.

Al contrario que con el Real Madrid, Cristiano Ronaldo no goza de la misma efectividad con Portugal y el escudo y las responsabilidades pesan como una losa. Criticado por los errores en el acierto contra Dinamarca, que a punto estuvieron de suponer el adiós luso de la Eurocopa, Nani quiere ser el guarismo luso, el referente ofensivo y el protagonista de la victoria. Desde los barrios bajos de Lisboa, el futbolista abandonado por su padre y por su madre quiere escribir su nombre con letras de oro en Polonia y Ucrania.

Al igual que su ídolo Luis Figo, con quien soñaba ser de mayor mientras pateaba los balones cosidos a mano en las calles marginales de Lisboa. Su referente deportivo izó la bandera de las ilusiones de todo un país en la Eurocopa de 2004, donde Portugal fue la sede que acogió el torneo deportivo. Si Figo no pudo conseguir guiar a su selección hasta el triunfo y cayó contra Grecia en la final, Nani espera ser el lazarillo de la selección.

 
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