Asesinos en serie

Unido
noviembre 22, 2008
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Bueno pues este post trata de los asesinos mas despiadados de todos los tiempos, demomento solo pondre dos y si tiene exito el post pondre mas.. es un tocho muy grande pero merece la pena leerselo


Jack el destripador

Ha pasado más de un siglo y todavía perdura el misterio. Cinco crímenes perpetuados en Whitechapel hacia 1888, que hoy, por el escaso número de víctimas hubiesen ocupado pocas líneas en los diarios, en su momento revolucionaron Londres y el mundo entero.
Durante cien años, investigadores, detectives, policías y muchos aficionados han tratado de establecer un perfil psicológico que ayudase a determinar la personalidad o el nombre del asesino, pero hasta ahora solo se han podido identificar los nombres de unos posibles sospechosos. Tal vez por ese motivo Jack el Destripador se ha convertido en el asesino en serie más conocido de la historia. Su nombre nos evoca una silueta entre la niebla del Londres Victoriano, una sombra con capa y sombrero negros que ataca a sus víctimas y desaparece para siempre de la escena del crimen... no en vano se han escrito sobre él cientos de libros, canciones, óperas y películas. Es la perfecta historia de suspense, el gran misterio sin resolver.

LAS VÍCTIMAS

En el año 1888, Whitechapel era uno de los peores distritos de todo Londres. En las calles, hombres, mujeres y niños arrastraban una vida de pobreza y delincuencia en la que muchas veces el único alivio era el que podía ofrecerles una botella de alcohol barato. Los callejones oscuros desembocaban en bares mugrientos y burdeles miserables en los que algunas mujeres se ganaban la vida prostituyendo sus cuerpos por unos pocos peniques. Fue precisamente aquí, en el East End londinense, donde tuvo lugar el breve reinado de terror del temido descuartizador que firmaba sus crímenes como "Jack el Destripador".

Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto, aunque en su día se sospechó que por lo menos dos asesinatos anteriores menos publicitados habrían sido también obra suya.


Ese día estaba amaneciendo muy lentamente. Las calles todavía estaban oscuras, y a pesar del frío algún que otro paseante comenzaba a circular por el barrio. Uno de ellos distingue a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido en el suelo que a primera vista parecía desmayada, pero cuando se acerca para tratar de ayudarla, ve que unas terribles heridas la habían casi decapitado.

Horrorizado, no deja pasar un minuto y avisa al primer policía que hacía su ronda por el barrio, quién acompañado de un médico distingue bajo la luz de una linterna que la muerte le había sido provocada por dos golpes con arma blanca que le habían seccionado la tráquea y el esófago. El cuerpo, todavía caliente en partes, indicaba que el momento del crimen no debía de haber sido de más de media hora antes de haber encontrado el cuerpo. Tras un examen más detallado en la sala de autopsias, descubren además que había sido brutalmente golpeada en la mandíbula inferior izquierda (posiblemente por una persona zurda), y que su abdomen había sido mutilado.
Por lo demás, el asesino no había dejado otras pistas tras de sí, ni testigos, ni el arma homicida. Ninguno de los vecinos oyó nada.

La identificación de la víctima no fue tarea fácil, aunque unos días después su padre y su ex marido identifican el cuerpo de una mujer de 42 años, prostituta, llamada Anne Mare Nichols y conocida como Polly.

Polly había estado casada y tenía cinco niños, pero su adicción al alcohol había hecho que su matrimonio se rompiera. Desde entonces, sola, había vivido de sus pobres ingresos de prostituta.

El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense.

Annie Chapman era una mujer sin hogar propio que vivía en pensiones comunes cuando disponía de dinero para el alojamiento de una noche, y cuando no era así, se dedicaba a vagar por las calles en busca de clientes que le proporcionasen alguna moneda para bebida, refugio y alimento. No siempre había sido así, unos años antes estaba casada y con tres niños, pero todos murieron, unos por enfermedad y otros por accidente. Fue un golpe muy duro, nunca se repuso. Así, en estado de depresión permanente comenzó a beber para sobrellevar su soledad.

Su cuerpo fue hallado mutilado en la calle del Mercado de Spitalfields a las 6 de la mañana, y nadie había ido testigo de los hechos. Su intestino estaba en el suelo entre un gran charco de sangre y una profunda incisión cruzaba su cuello de lado a lado.


Todo parecía indicar que había sido asesinada en ese mismo sitio. No había señales de defensa por parte de la víctima, y lo curioso es que cerca de su cadáver se encontraron un pequeño pañuelo, un peine y un cepillo de dientes, que parecían haber sido colocados en un orden concreto por el asesino.

Según el médico forense que vio el cadáver, el asesino había agarrado a Annie por la barbilla y la había degollado por la espalda de izquierda a derecha, y por la fuerza empleada, posiblemente con la tentativa de decapitarla. Eso le había causado la muerte. Las otras heridas infligidas y las mutilaciones abdominales habían sido realizadas post mortem: el abdomen había sido abierto para extraer la vagina, el útero y la vejiga, que no fueron hallados. Las incisiones eran limpias, como si se tratase del trabajo de un experto en anatomía, o por lo menos el de alguien con los conocimientos anatómicos y la habilidad suficiente para poder abrir el cuerpo y extraer los órganos con mucho cuidado de no dañar otras partes internas. El instrumento utilizado parecía ser un cuchillo estrecho con lámina fina y muy afilada, la clase de cuchillo que utilizaban los cirujanos y los carniceros.


Una señora de nombre Elizabeth Long que se dirigía al mercado esa mañana, pudo aportar un testimonio valioso: a las cinco y media de la madrugada había visto a un hombre conversando con una prostituta que identificó como Annie Chapman. Lamentablemente el hombre estaba de espaldas y no pudo ver su rostro, pero sí distinguió la silueta de un hombre de unos 40 años, elegante, que portaba un sombrero y un abrigo oscuros. La hora de la muerte se estimó entonces entre las cinco y media y las seis de la mañana, hora en la que fue descubierto el cadáver, lo que significaba que el asesino actuaba rápidamente y con gran precisión.


La falta de indicios hacía que la investigación avanzase lentamente. Todo el mundo había relacionado las muertes entre ellas, y a pesar de que la policía se mantenía en el más absoluto de los silencios, los periódicos no dejaban de alimentar cada rumor escuchado, lo que servía para aumentar la cólera y el miedo de los vecinos. Desde Scotland Yard se llegó a ofrecer una gratificación para quien aportase algún dato válido sobre la identidad del asesino, pero lo único que consiguieron fue que los vecinos aprovechasen sus diferencias y se denunciasen entre ellos, deteniendo simplemente a algunos falsos culpables, excéntricos o alcohólicos que aseguraba ser el descuartizador de prostitutas, aunque tras numerosas investigaciones y por el hecho de que todos carecían de habilidades médicas o que tenían coartadas, no tardaban en recuperar la libertad.


El 25 de septiembre, la Agencia Estatal de Noticias recibió una nota en tinta roja firmada por el propio Jack el Destripador cuyo contenido era:


"Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha cogido, pero en realidad todavía no me han pescado. No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama en cuestión no le dio tiempo a chillar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito..."

Firmado: Jack el Destripador, desde el Infierno.


A partir de entonces seguiría escribiendo cartas y poemas destinados al jefe de la policía londinense jactándose de su habilidad para escabullirse en la oscuridad de las calles y evitar ser atrapado por la multitud que le perseguía, o haciendo alarde de la perfección de sus crímenes y anticipando otros nuevos ataques, siempre seguro de sí.


El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:
"La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... "

El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su ritual.

La joven prostituta fue identificada como Elizabeth Stride, de origen sueco, que había venido a Inglaterra para ganarse la vida tras el fallecimiento de su marido y sus dos hijos en un accidente marítimo.


Esta vez, varios testigos declararon haberla visto momentos antes de su muerte acompañada por un hombre de unos treinta años con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo negro y un sombrero alto, que portaba un bulto, como un maletín.

Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del cadáver.

No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.

La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, tenía por oficio el de la prostitución y como afición, la bebida. Sus padres habían muerto cuando ella era joven y a los 16 años se fue a vivir con un hombre, con quién tendría tres hijos. Los malos tratos por parte de éste obligaron a que se fuera de casa, y su adicción al alcohol la obligó a alquilar su cuerpo en las calles.

Como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.


Después de esto, las cosas parecieron volver a la normalidad en Whitechapel. No hubo ningún otro asesinato durante un mes y las prostitutas regresaron a las calles más tranquilas. Desgraciadamente, la paz duró poco, pues el 9 de noviembre, otra mujer apareció salvajemente asesinada.

Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución para poder mantenerse a ella misma y a su pareja, que se encontraba sin trabajo.

Esa mañana, el locatario subió a la habitación de Mary para cobrar el alquiler mensual, pero nadie contestó a su llamada. Decidió abrir la puerta él mismo, horrorizándose por lo que descubrió...

Sin duda era el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.


Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró.


Lo cierto es que nadie puede saber si ésta es la verdadera historia o si es otro de los relatos que inspira este terrible personaje. Lo único que hoy en día tenemos claro es que no se trataba de un delincuente cualquiera. Sus hechos demuestran que era una persona con gran inteligencia y tal vez una educación superior a la población de Withechapel, incluso puede que fuese alguien de clase alta. Tal vez tuviese un trastorno de la sexualidad o un trastorno mental que le provocase esa compulsividad y obsesión a la hora de cometer los crímenes. Su afán de reconocimiento y el hecho que resaltase con las cartas enviadas a la prensa su inteligencia, demuestra que también era una persona insegura y llena de complejos. Pero mientras Scotland Yard mantenga sus archivos en el más absoluto secreto, otros autores seguirán suscitando sospechosos que mantengan la leyenda del Destripador viva.

Patiso el orejudo

Asesino de niños, el más destacado en aquellos años en Argentina por su barbarie su ironía y por ser un niño tan lleno de maldad que conmocionó a la opinión pública porteña del mundo, de un mundo donde los medios masivos de comunicación todavía no estaban tan vigentes.

En la capital argentina existía un monstruo, un ser maldito, macabro con una crueldad hasta los extremos más desconocidos. Buenos Aires se transformaría de a poco en una ciudad que perdería la tranquilidad, se había apoderado un pánico colectivo puesto que la ola de crímenes se pudo comparar con el asesino Jack "el destripador" o el "Vampiro" en Düsseldorf.

La familia Laurora estaba en su domicilio, todos sentados a la mesa, el esposo, la mujer, su hijo de siete años, pero sus rostros de preocupación eran muy evidentes, algo andaba mal, faltaba Arturito, el mayor, su comportamiento no era nada normal, comentaba su madre sorprendida y preocupada, esa ausencia de ya varias horas inquietaba a la familia. Su padre, quien demostraba su verdadero estado de ánimo, se dirigió a la comisaría 13ª a dar respectivo conocimiento a las autoridades. Ya han pasado 24 horas desde la desaparición de Arturito, su padre ya presiente lo peor y piensa para sus adentros que habría tenido un accidente y nadie se había percatado de ello, igual ha caído en las manos de un monstruo.

Mientras tanto el agente Gallardo por las esquinas de Pavón y Solís vigilaba su territorio asignado como era costumbre en aquellas épocas donde la movilidad no era lo que es hoy día, se le acercan dos desconocidos y se identifican uno como Francisco L... y el otro como Jerónimo M... :
- Agente - Le dijeron agitados.
- Venimos de ver la casa de Pavón Nº 1541 que está vacía y en alquiler y vimos dentro el cadáver de lo que parece ser un niño.
Antes de una hora de esta denuncia ya el agente había dado parte al comisario Eduardo Vivas, todos los agentes de guardia en esa zona arribaron al lugar y se encontraron con la macabra escena, en el piso se encontraba con las piernas entreabiertas el cadáver de un niño de no más de 14 años que por la descripción que había dado su padre no había lugar a dudas, era Arturito, alrededor del cuello tenía varias veces enroscado un piolín (cordón que utilizaba para atarse los pantalones).
El Petiso Orejudo con el arma homicida


Su padre, el señor Laurora trató de contener el llanto al tener que reconocer el cadáver de su pequeño hijo, esa familia ya no sería la misma con un hermoso hijo y de la noche a la mañana ya no lo tenían más con ellos, un monstruo se había apoderado de su inocente vida. Rápidamente se comenzó la investigación de este horrendo crimen, se investigó desde la sirvienta que tenía las llaves que entregaba a los interesados en alquilar la vivienda hasta los vecinos más cercanos al lugar pero no pudieron acercarse a nada concreto.

Era un personaje, cínico cuando estaba por matar a un niño y alguien se acercaba, para despistar, simulaba que él mismo lo encontraba haciéndose pasar por un ciudadano que colaboraba con la justicia.
Pero el comisario, al ver una denuncia de su propio padre que decía lo siguiente comenzó a desconfiar de este ser, que era un niño pero con la encarnación del mismo demonio.

Fiore Godino como se llamaba su padre italiano que residía en el país hacía 18 años casado, de profesión "Farolero" el cuál dejo asentado que tiene un hijo llamado Santos Godino de 9 años que es totalmente rebelde a la autoridad de sus padres, que molesta de forma continua a los vecinos arrojándoles piedras e insultándolos con palabras que no hacen al vocabulario de personas civilizadas. Lo entrega a la autoridad policial para que lo recluya en donde crea conveniente. Pero como el comisario todavía no tenía las pruebas suficientes para declararlo culpable fue puesto en libertad, nuevamente el monstruo estaba libre acechando a cualquier inocente criatura presa de sus depravadas locuras de muerte. Para la ley todavía cabía la pregunta, ¿quién sería el asesino?.
Sigue el horror en Buenos Aires.

Caminaba un tal Smith rumbo hacia su casa cuando escuchó unos llantos de miedo, al pararse frente a la puerta de donde procedía ese extraño llanto se asomó y encontró a una niñita de cuatro o cinco años llorando sin consuelo y a su lado un jovencito de enormes orejas que la intentaba consolar, cuando el señor Smith preguntó que sucedía el joven dijo que había escuchado los mismos llantos que él y entró a consolarla y continuó diciéndole que tal vez se escapó de sus padres y se extravió, el extraño ser de orejas apantalladas dijo conocer donde vivía y junto al señor que había interrumpido un posible crimen de una inocente niñita la entregaron a sus padres.

Pasados algunos días, después de lo relatado anteriormente, un agente de policía en la puerta de una casa de la calle Urquiza encontró a otra niña que tenía apenas tres años llorando y a su lado este extraño personaje de orejas enormes intentando calmarla y se repitió lo mismo diciendo que sabía donde vivía y ambos también la entregaron a sus padres frustrando otro crimen del petiso orejudo pero estas personas lo hicieron sin saber de la bestia que estaba a su lado.
Asesino y también Incendiario

Dos hechos en los cuales estuvo posiblemente implicado, pero jamás se pudo comprobar, ¿quién iba a notar que un niño sería el autor de los incendios?.
Uno fue en un corralón de maderas en la calle Carlos Calvo al 3900, el otro en la estación de Tranvías Anglo Argentina este último fue apagado a tiempo, el anterior, por tener un elemento muy combustible, lamentablemente no pudo apagarse.
Santos Rodino, como todo criminal, tuvo una infancia horrible y llena de sinsabores, con un hermano epiléptico que vez tras vez había que sostenerlo entre varias personas para que no se matara contra las paredes en sus repentinos ataques, con un padre alcohólico que no hacía otra cosa que maltratar a su madre y para completar, siendo muy pequeño su progenitor le dio una paliza que hasta el día de sus crímenes guardaba cicatrices en la espalda.

Dos niñitos en un zaguán jugaban, y Godino con sed mucha sed de sangre, la niñita se negó a ir con él pero el varoncito de tres años cuando el monstruo le ofreció caramelos, dijo que sí, éste lo condujo a un lugar apartado, le dio vueltas en el cuello un piolín que llevaba y terminó con la vida de este bebe y creyendo que estaba aún vivo encontró un clavo que le atravesó en la sien, sintió alivio y observó su obra casi perfecta para su mente.

Cuando se retiraba, un hombre cualquiera le preguntó si no había visto a su hijito de tres años y le contestó que en la policía le darían información, Santos Rodino jamás pensó que estas serían sus últimas y malvadas andanzas.

Otra de sus víctimas Jesualdo Giordano fue atada de pies y manos y atravesado el cráneo con un clavo de tres pulgadas.
Mediante las pericias de aquella época que no tenían los avances de la tecnología que hoy día se usa para descubrir a asesinos seriales Cayetano Santos Godino fue atrapado en su domicilio el 3 de Noviembre de 1912, este cruel asesino, durante el interrogatorio a pesar que se le encontró un piolín de las mismas características que el que tenían sus víctimas se mantuvo en una negativa profunda, la justicia decidió llevarlo a la morgue para mostrarle el cadáver del niño y camino a ese destino decidió confesar, todos quedaron perplejos ante tan atroces declaraciones.

Cronología de sus crímenes

Miguel de Paoli


El 28 de septiembre de 1904, contando con apenas 7 años, Cayetano da inicio formal a su carrera criminal, a fuerza de engaños lleva a Miguel de Paoli, de casi dos años hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo sobre un montón de espinas, un policía que pasaba se percata de lo sucedido y lleva a ambos niños a la comisaría de donde serían recogidos mas tarde por sus respectivas madres.
Ana Neri


Al año siguiente, Cayetano agrede a su vecina Ana Neri, de apenas 18 meses. Le conduce hasta un baldío en donde le golpea repetidamente en la cabeza con una piedra. Nuevamente es descubierto por un policía quién pone fin al ataque y le detiene, pero, dada su corta edad es dejado en libertad esa misma noche.
Severiino González


El 9 de septiembre de 1908 vuelve a las andadas, conduce a Severino González Caló, de 2 años, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado Corazón, ahí lo sumerge en una pileta para caballos cubriéndola después con una tabla para ahogar al pequeño. El propietario del lugar, Zacarías Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niño había sido llevado hasta allí por una mujer vestida de negro de la que suministra señas particulares. Es conducido a la comisaría de donde es recogido al día siguiente.

Homicidio de una niña de un año que fue enterrada viva.

El 15 de septiembre de 1908 quemó los párpados de Julio Botte, un niño de veintidós meses con un cigarrillo. La madre de la víctima lo descubre, pero logra escapar a tiempo.

El 17 de enero del fatídico 1912 Cayetano, quién ya es conocido en las calles con el sobrenombre de "Petiso Orejudo", se introduce en una bodega de la calle de Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. Después de su arresto declararía:
"Me gusta ver trabajar a los bomberos… es lindo ver como caen en el fuego."

El 26 de enero de 1912 un crimen aterrador conmueve a la sociedad porteña. El cadáver Arturito es encontrado. Arturo Laurora fue golpeado y torturado, se encontró con un trozo de cordel atado alrededor del cuello.

El 7 de Marzo de 1912 prendió fuego a la ropa de la niña Reyna Bonita Vaínicoff de tan solo cinco años que falleció a raíz de las quemaduras.

En los meses siguientes el Petiso causa dos incendios más que son controlados fácilmente por los bomberos sin que se produzcan víctimas.

El 25 de Agosto de 1912 asesinó a un menor de 12 años.

El 24 de septiembre, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino Gómez, Cayetano mata de tres puñaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas. Apenas unos días después prende fuego a la Estación Vail de la compañía de tranvías Anglo-Argentina, el incendio fue controlado por los bomberos.
Roberto Russo


En noviembre 8 el Petiso Orejudo, con engaños como siempre, convence a Roberto Russo de 2 años a acompañarlo a un almacén en donde supuestamente le compraría unos caramelos. Le lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones, son descubiertos por un peón del alfalfar quién los entrega a las autoridades. Cayetano declara haber encontrado atado al niño y estarlo rescatando cuando son descubiertos, es liberado por falta de mérito.

El 16 del mismo mes, en un baldío situado en las calles de Deán Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Gittone de 3 años. Un vigilante hace acto de presencia y el agresor consigue escapar. Días después, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de Muñiz y Directorio a la niña Catalina Naulener de 5 años. Busca un baldío por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueño de la casa ubicada en el número 78 de la mencionada calle interviene y Cayetano logra huir de nuevo.

El último crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su espectacular carrera, su víctima, Gerardo Giordano de apenas tres años sale, como todas las mañanas después de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso número 2185 para reunirse con sus amiguitos y jugar a todo aquello que acostumbran jugar los niños en esa edad. Esa misma mañana del 3 de diciembre, a pesar de los acostumbrados gritos de su padre, Cayetano sale de su casa ubicada en Urquiza 1970, ya lleva clavada entre los ojos la determinación terrible de matar.

Después de vagabundear un rato por las calles, Santos Godino encuentra, en la calle Progreso un grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque, después de todo, su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus víctimas.
Gerardo Giordano

Poco después consigue convencer a Gerardo para que lo acompañe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin éxito, invitó a Marta Pelossi, de 2 años de edad; pero la menor, asustada, se refugió en su domicilio. Así pues, víctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacén ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el más chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demás si acepta acompañarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno.

Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniéndole la rodilla derecha sobre el pecho. Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolín que lleva por cinturón (se trata de esos lazos de algodón que se utilizan en albañilería para sostener las plomadas), y empieza a enrollarlo en el cuello de Gerardo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gerardo intenta levantarse, así que Cayetano procede a atarle de pies y manos cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Una idea cruza por la mente de Cayetano; ¿Por que no atravesarle la cabeza con un clavo?

Uniendo la acción a la idea el Petiso se da a la tarea de encontrar la herramienta deseada, su búsqueda le lleva al exterior del local en donde topa con el padre de Gerardo quién le pregunta por el paradero del niño, imperturbable, Cayetano, le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisaría más próxima a levantar un reporte.

Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas, regresa con él junto a su víctima, usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niño moribundo y después de cubrirlo con una vieja lámina de zinc huye de la escena del crimen.

Esa noche, durante la velación de su víctima, Cayetano hace acto de presencia. Después de observar durante algún tiempo el cadáver de Gerardo huye llorando del lugar. (Según declaró posteriormente, deseaba ver si el cadáver aun tenía el clavo en su cabeza) Para su desgracia dos policías, el Subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habían ligado cabos con casos anteriores y esa misma madrugada se allanó el hogar de los Gordino arrestando a Cayetano, encontrando en sus bolsillos un artículo de periódico aun fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolín con que había intentado ahorcar a Gerardo.
La Condena

El 4 de enero de 1913 ingresó preventivamente al Hospicio de las Mercedes, donde intentó asesinar a varios internos. Debido a los informes médicos que lo declaraban un alienado mental, el juez Oro lo sobreseyó por considerarlo irresponsable de sus actos, y ordenó que permanezca en el Hospicio. Este fallo fue confirmado por el juez de segunda instancia, pero el 12 de noviembre de 1915 la Cámara de Apelaciones lo condenó a cárcel por tiempo indeterminado, porque no era un imbécil absoluto como lo establecía el art. 81 del Código Penal. La Cámara además sostuvo que había mejorado debido al tratamiento dado en el Hospicio, por lo que el 20 de noviembre ingresó en la Penitenciaría Nacional. El 28 de marzo de 1923 Godino fue finalmente trasladado al penal de Ushuaia. A comienzos de 1933 estuvo un tiempo en el hospital del penal por la paliza que le dieron los presos luego de matar a un gato, mascota preferida por los presos, Santos Godino lo arrojó vivo a una estufa. A partir de 1935 estuvo constantemente enfermo y sin recibir visitas, hasta que murió el 15 de noviembre de 1944 en condiciones poco claras. También se dice que murió por secuelas de la brutal paliza que recibió tiempo atrás.
Nadie sabe si se llevó más crímenes a la tumba.

Fuente: asesinos-en-serie.com
 
Unido
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Muy bueno, está interesante!

Pero te falta mencionar al celebre asesino de la katana del final fantasy 8 ;) jaja.
Apuntate un gracias a tu post! ;)
 
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Denada xD las historias son un desastre pero interesantes parecen de ficcion algunas xD
 
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Os pongo unos cuantos


Armin Meiwes el canibal
Es llamado el Caníbal de Rotemburgo, debido al asesinato y posterior descuartizamiento y canibalismo de una persona con la que contactó por internet, para cumplir las fantasías de devorar y ser devorado. +INFO http://es.wikipedia.org/wiki/Armin_Meiwes


El hombre del saco
Asesino español que secuestraba niños y los descuartizaba para realizar rituales satánicos. Fue condenado, en época franquista, al garrote vil. +INFO http://es.wikipedia.org/wiki/El_hombre_del_saco


Charles Milles Manson

Es un conocido criminal estadounidense, fundador y líder de "La Familia", un grupo que perpetró varios asesinatos, entre ellos, el macabro asesinato de Sharon Tate (mujer de Roman Polanski) y sus invitados en 1969. +INFO http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Manson



Vlad Tepes el empalador (DRACULA)

Lucho contra los turcos, defendio el catolicismo pero quemo vivo a todos los bagabundos de su reino y a sus enemigos les metia una lanza por el recto y los dejaba empalados varios dias mientras la lanza seguia su camino dentro de los cuerpos hasta matarlos. +INFO http://es.wikipedia.org/wiki/Vlad_tepes
--- [ Añadido ] -----
me falto la baronesa que se bañaba con sangre de virgenes, de eslovaquia era...
 
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samuto

samu_91 dime que eres de laps3 si no no acepto xD
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Viendo el titulo de este post se me ha ocurrido una parida impresionante...
En vez de Asesinos en serie
Asesinos en paralelo:douh::douh::douh::douh::douh::douh:
 
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Charles Milles Manson

Es un conocido criminal estadounidense, fundador y líder de "La Familia", un grupo que perpetró varios asesinatos, entre ellos, el macabro asesinato de Sharon Tate (mujer de Roman Polanski) y sus invitados en 1969. +INFO http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Manson



Vlad Tepes el empalador (DRACULA)

Lucho contra los turcos, defendio el catolicismo pero quemo vivo a todos los bagabundos de su reino y a sus enemigos les metia una lanza por el recto y los dejaba empalados varios dias mientras la lanza seguia su camino dentro de los cuerpos hasta matarlos. +INFO http://es.wikipedia.org/wiki/Vlad_tepes
--- [ Añadido ] -----
me falto la baronesa que se bañaba con sangre de virgenes, de eslovaquia era...
Buah tio, el que me conozco que ví desde Wikipedia hace tiempo es el de Vlad el empalador de Valaquia, madre mía la que lió el tio este, sobretodo con las anecdotas de la esposa vaga, los ladrones y la de los gitanos y pobres :douh:. Siempre que veo esa imágen me digo que ese tio tiene cara de decir "todo lo que he hecho, lo he hecho bien." tan a gusto.

Aún así, el de Vlad nunca me canso de leerlo porque es que me deja anonanado leer las barbaries que hizo.

Un saludo, Curro.
 
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agosto 1, 2007
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el hombre del saco existió? o_O no jodas yo pensaba que era un mito
 
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