Introducción
Pocas cosas hay en esta vida que sean capaces de despertar de una manera global ciertas reminiscencias del pasado a todo un grupo de personas que en principio no tienen relación aparente entre sí, pero que sin embargo comparten ciertas aficiones que en un tiempo anterior fueron comunes a esa gente en una determinada etapa de sus vidas. Una de estas cosas tan familiares a los ojos de muchos no sería otra que Disney y todo su elenco de personajes carismáticos, mundos ricos en detalles y música peculiar, que regó de sueños e imaginación la más que entrañable etapa de nuestra infancia.
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Así pues, aunar años después aquel conjunto repleto de fantasía con todo lo que conlleva el ocio audiovisual relativo al mundo de las consolas, supone la posibilidad de rememorar todos aquellos recuerdos tan familiares mientras se hace uso de una de las aficiones más extendidas en la actualidad. Y es que Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes intenta hacer gala de toda la excelencia que posee Disney usando para ello uno de los accesorios de control alternativo que posee PlayStation 3, y éste no es otro que PlayStation Move.
Con estos precedentes, el telón de fondo infantil en el que se ve plasmado este título da lugar también a escarbar entre los recuerdos pasados de los más mayores, encontrándonos con peculiaridades de este mundo tan rico tiempo ha olvidadas, y otras cuya fama las precede y gozan de una sólida presencia en ese concepto tan amplio y abstracto que supone la basta cultura general de una sociedad. De esta manera, coincidirán todos aquellos dibujos bañados en la sobriedad del blanco y negro, los que dieron el salto a la primera paleta de básicos colores en segunda instancia, para finalmente encontrarnos con todos aquellos personajes trazados a todo detalle y de más reciente creación.
Con todo esto, aquella ausencia del primer título liderado por Warren Spector y que no vio la luz en la consola de Sony, se ve remendada con la presencia de su secuela haciendo uso de el control de movimiento Move para manejar aquellos particulares pinceles que dotaban de color o provocaban su ausencia en todos aquellos objetos y enemigos que se ponían a merced de un poder controlado por el mismísimo Mickey Mouse en su colorida versión más vintage. Pero además, esta vez no estaremos solos, pues Oswald el conejo afortunado constituirá la variante más importante en una historia, que como bien señala el título, es cosa de dos.
[BREAK=Argumento]
Argumento
Después de los sucesos acontecidos en aquella primera entrega denominada como Epic Mickey, Oswald, su novia Ortensia y el resto de habitantes del lugar donde residen todos aquellos dibujos que no disfrutan del reconocimiento más afamado conocido como El Páramo, se ven bajo la amenaza de nuevo de los fieros terremotos que devastaron sus hogares con anterioridad. El pánico se apodera de nuestros olvidados amigos, pues temen que tras este desastre esté de nuevo el Doctor Loco y sus maléficas máquinas, pero cual será la sorpresa al comprobar que, el otrora villano asegura que no es el responsable y que reclama la ayuda de Oswald con tal de llegar al fondo de la situación, para salvar así a todos los habitantes de este particular emplazamiento.
Sin embargo, Ortensia no termina de fiarse de estas afirmaciones y –ante la aparente ingenuidad del conejo- pretende pedir ayuda a aquel que consiguió salvar El Páramo tiempo atrás, y este reclamado héroe no es otro que el famoso ratón Mickey Mouse. Así pues, y ataviado de nuevo con los poderosos pinceles mágicos del imponente brujo Yen Sid, capaces de dar y quitar color a todo aquello que se mantenga a su alcance, decide ponerse en marcha junto a Oswald con la intención de averiguar qué se esconde detrás de los terremotos y cuáles son en realidad las verdaderas intenciones del Doctor Loco.
De esta manera se plantea una historia que, si bien va enfocada a un público de marcada tendencia infantil, se antoja extremadamente típica e insulsa por un sencillo motivo, y es que posiblemente desaprovecha todo un ajuar de riquezas sólo al alcance del poderío de la propia Disney. Porque a lo largo de las diferentes misiones –que pueden llegar a ocuparnos hasta quince horas- vislumbraremos dibujos e historias de ayer y de hoy, pero seguramente no en la cantidad ni en la intensidad que se debería presuponer en un título de esta índole.
La base principal sobre la que debería haberse apoyado el título con mucho más ahínco es la presencia de cameos continuos que reforzaran el carácter de la historia que se nos presenta. Y éstos están presentes, por supuesto, pero no de la manera que uno cabría esperar, porque además el peso que poseen los dibujos de corte antiguo hace necesaria la aparición más a menudo de referencias más o menos actuales. Esta carencia se nota sobretodo en la historia principal, pues en las tareas alternativas no se suele plasmar este toque tan característico que en el argumento se echa a faltar en ocasiones.
De todas maneras, la magia de Disney impregna cada recoveco del argumento que se nos plantea, ya sea a través de los anteriormente reclamados cameos, o de los escenarios tan variopintos que arrojan detalles llamativos sobre todo lo que ha aportado dicha fábrica de dibujos a la industria audiovisual. Tema aparte además que contribuye a la causa es el doblaje, que ayuda a evocar aquellas reminiscencias del pasado que antes hacíamos referencia, arrojando a nuestros oídos tonos y voces antaño escuchadas hasta la saciedad.
[BREAK=Jugabilidad]
Jugabilidad
La propuesta de Warren Spector da el salto a PlayStation 3 con una transformación basada en el mismo concepto que sostuvo la jugabilidad de la anterior entrega en la consola que la vio nacer. De esta manera, se asienta toda ella sobre la precisión absoluta que puede plasmar PlayStation Move a cualquier juego que intenta hacer uso de sus cualidades. Y es que en esta ocasión el dispositivo de control se tornará en el mágico pincel que emulará el poder de los que posee el bueno de Mickey Mouse para dar y quitar color a todos los elementos que se presten a ello.
Está funcionalidad –que será la base jugable de todo el título-, radicará su uso en la creación de plataformas prestablecidas para ser pintadas, así como la apertura de pasajes secretos donde alcanzar ciertos coleccionables o la debilitación de los enemigos que vayan saliendo a nuestro paso. Tanto el pincel de disolvente como el de color contarán con un depósito limitado que podremos ir rellenando prácticamente con cualquier tipo de interacción que realicemos con el escenario, al abrir cofres o incluso al derrotar algún que otro contrincante.
En estos menesteres tan artísticos tendremos la disyuntiva que se plantea al poder elegir entre los dos tipos de control disponibles. Pues si bien hemos comentado que Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes está íntimamente ligado a PlayStation Move, cabe la posibilidad de adentrarnos en el juego mediante el control clásico que ofrece nuestro DualShock 3. Ciertamente es de agradecer esa posibilidad que no ata exclusivamente a un control determinado que no siempre es accesible, pero sin ningún tipo de duda la experiencia más satisfactoria correrá a manos del controlador Move dada la extrema precisión con la que gozaremos a la hora de pintar o disolver todo aquello que requiera nuestra atención.
Pero dejando de lado los cimientos básicos heredados y que se respetan en esta entrega, nos encontramos aquí con la novedad jugable más remarcable relativa a la cooperación local que podremos emplear sobre Oswald, bien sea dejando sus acciones al libre albedrío de la inteligencia artificial que posee el propio juego o bajo la tutela de un compañero que se siente a nuestro lado y asuma el control de este simpático conejo. Es una lástima que este modo cooperativo no esté disponible también a través de internet, pues es muy posible que no siempre contemos con alguien al lado que pueda ayudarnos en nuestra tarea.
Esta ausencia de interacción online cobra importancia cuando descubrimos que la inteligencia artificial de la que hace gala nuestro compañero es totalmente nefasta, llegando a desesperar en muchas ocasiones cuando vemos que Oswald no responde correctamente a las órdenes que le enviemos. Algo que realmente puede invadir de impotencia a más de uno, pues dependeremos en muchísimos momentos de la intervención de este pequeño amigo para poder superar determinadas zonas, ya sea activando dispositivos concretos o ayudando a debilitar a los enemigos que nos asalten.
Por otro lado, el componente relativo a las plataformas está presente en todo momento dada la catadura del juego en cuestión. Sin embargo, éstas no supondrán reto alguno, más allá de discernir aquellas que puedan ser manipulables desde nuestros mágicos pinceles o las resultantes de resolver alguno de los puzles que irán apareciendo en el transcurso de la historia. Rompecabezas además que se echan a faltar con más frecuencia, ya que aunque su sencillez sea consonante a la franja de edad a la que va dirigido el título, su continua presencia y planteamiento original hubiera dado mucha más variedad y personalidad a un juego cuyo género es tan adherente a este tipo de pruebas especiales.
Mención especial merecen los niveles en dos dimensiones que conformarán enlaces entre las diferentes zonas de El Páramo, distinguiéndose dos tipos, a saber: aquellos que aparecen usando ciertos portales con forma de proyector de cine, o los que se sitúan como una suerte de alcantarillas cuyo avance emula el recorrido entre zonas en un espacio totalmente distinto. El primero de este tipo será sin duda el que mayor atractivo posea, pues el corte clásico que bañará estas misiones supera por mucho en encanto al segundo. Pero pese a todo, se vuelve a echar en falta más desarrollo y más mimo en una idea realmente encomiable, pero que no termina de aprovechar todo el potencial de un género de plataformas extremadamente desarrollado hasta el día de hoy en la industria del videojuego.
Más allá de lo relativo al género que nos atañe, en Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes tendremos a nuestra disposición una ingente cantidad de componentes coleccionables en forma de pequeñas misiones que acompañarán la historia principal, distribuyéndose éstas en los diferentes niveles en los que está dividido el juego y delimitadas algunas de ellas a un determinado terreno. Cabe destacar entre todas las relativas a la captura fotográfica de ciertos elementos, o la recolección de piezas de algún que otro objeto desperdigadas por algún camino en concreto. Un tipo de misión ésta última que se reitera muchas veces, pero que posee cierto grado de búsqueda e indagación con un nivel de dificultad ligeramente superior a lo que estaremos acostumbrados.
La conclusión que se extrae al profundizar un poco en todas estas opciones es que nos encontramos ante un juego mediocre en la vertiente en la que se localiza, destacando particularmente la original propuesta de control, pero estableciéndose como contrapunto importante todas las ideas bien planteadas y que no han contado con un desarrollo de calidad a la altura del estilo jugable ni de la propia Disney.
[BREAK=Gráficos y Sonido]
Gráficos
Siendo este juego una obra cuya esencia pertenece a la afamada productora Disney, es obvio que la mayor virtud gráfica reside en todo el repertorio artístico que bebe directamente de la ingente cantidad de películas y series de animación que se han ido realizando a lo largo de su historia. Escenarios con ese trazo inconfundible en el dibujo, atrezo compuesto con elementos por todos conocidos y que identificaremos al instante o el propio diseño de los personajes que aparezcan, serán una muestra clara de todo el potencial que posee Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes en este aspecto.
Destacables en esta vertiente son los niveles de dos dimensiones a los que antes hacíamos referencia, que cuentan con un incremento en la carga de estos adornos en unos fondos bastante agradables a la vista, y que contrastarán muchas veces con el uso del blanco y negro en algunas de las ocasiones en que usemos los proyectores de vídeo para acceder rápidamente de una zona a otra.
Sin embargo, será difícil no pensar mientras saltamos de plataforma en plataforma que este título supone una reconversión adaptada al HD para nuestra PlayStation 3. Y es que, pese a que luce a un nivel aceptable y adecuado para el tipo de imágenes que se nos muestran, es incuestionable que una edición realizada exclusivamente para consolas con alta definición hubiera supuesto un espectáculo visual fuera de toda duda, y no un acabado que consigue salvar la simpatía artística de todo el poderío de Disney.
Sonido
Es muy posible que este apartado sea el que cuente con más claroscuros de todos los anteriormente descritos, pues a una banda sonora original totalmente dinámica y que se alimenta directamente de toda la biblioteca sonora que dispone la productora que da vida al juego, le aborda una serie de temas de corte más neutro asociadas a localizaciones de El Páramo que no cuentan con ningún tipo de enlace con tramas existentes anteriormente. El resultado a veces se establece como una mezcla sobria e inane, que rompe con un acabado magnifico en todas aquellas ocasiones que se eche mano del repertorio musical más arraigado del universo Disney.
Cabe destacar en cambio la excelencia del doblaje con el que cuentan los personajes más carismáticos de este juego, y cuyo reconocimiento con los sonidos que emitían en el pasado será absolutamente preciso y definido, sin encontrar en ningún momento voces que rompan con aquellas tan familiares que siguen almacenadas en nuestra mente. Sólo se echa a faltar en esta ocasión un mayor repertorio de frases, pues es posible que acabemos saturados de escuchar una y otra vez de manera constante las indicaciones que se nos marquen o las exclamaciones que desprendan nuestros personajes.
Finalmente, los efectos sonoros tendrán una calidad aceptable, con el característico sonido de la pintura al manchar las paredes y las interferencias eléctricas de nuestro compañero Oswald como representación principal en esta materia, además de los diferentes efectos que se puedan extraer de interacciones varias con el escenario a la hora de saltar, destruir mobiliario o derrotar enemigos.
[BREAK=Conclusiones]
Conclusiones
Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes se antoja un evidente “quiero y no puedo” con el agravante importantísimo relativo a la riqueza argumental y visual que posee una fábrica de dibujos tan importante como lo es Disney, y que en ocasiones no se hace efectiva su muestra de la manera en la que cabría esperar. Todo este potencial se ve muchas veces desaprovechado al no exprimir todos los recursos que se ponen a disposición de cualquiera que intente indagar un poco en todo el repertorio con el que cuenta dicha productora.
Además, y pese al excelente control de movimiento que se extrae del uso de PlayStation Move, la novedosa inclusión de un multijugador cooperativo local se ve algo ensombrecida por la carencia de una faceta en línea que facilitaría el uso de esta funcionalidad sin necesidad de concretar un espacio físico determinado, y sobretodo sin sufrir la aberrante inteligencia artificial de la que hace gala Oswald y que dará más de un quebradero de cabeza a Mickey Mouse, y por ende a nosotros mismos.
Pero aunque no aproveche de una manera efectiva todos los recursos que dispone Disney como apuntamos anteriormente, cada brizna de escenario regada por la magia de esta productora encandilará a todos aquellos jugadores que en un pasado gozaron de las historias más variopintas y los personajes más simpáticos que se nos fueron brindados. Además, y pese a los altibajos de la banda sonora, el doblaje mantiene la esencia habitual y dará ese toque de familiaridad que cabe esperar de un juego que evoca tantas sensaciones antaño vividas.
Una verdadera lástima que como juego de plataformas y con las asperezas relativas a la jugabilidad que hemos señalado no cuente con la calidad a la altura en la que se sitúa Disney. Una propuesta interesante que puede hacer las delicias a más de uno por esos recuerdos que evoca, sí, pero que no debe hacer perder la perspectiva de lo que realmente ofrece, que siendo poco se torna en un conjunto de carencias difíciles de obviar.
Lo mejor:
Pocas cosas hay en esta vida que sean capaces de despertar de una manera global ciertas reminiscencias del pasado a todo un grupo de personas que en principio no tienen relación aparente entre sí, pero que sin embargo comparten ciertas aficiones que en un tiempo anterior fueron comunes a esa gente en una determinada etapa de sus vidas. Una de estas cosas tan familiares a los ojos de muchos no sería otra que Disney y todo su elenco de personajes carismáticos, mundos ricos en detalles y música peculiar, que regó de sueños e imaginación la más que entrañable etapa de nuestra infancia.
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Así pues, aunar años después aquel conjunto repleto de fantasía con todo lo que conlleva el ocio audiovisual relativo al mundo de las consolas, supone la posibilidad de rememorar todos aquellos recuerdos tan familiares mientras se hace uso de una de las aficiones más extendidas en la actualidad. Y es que Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes intenta hacer gala de toda la excelencia que posee Disney usando para ello uno de los accesorios de control alternativo que posee PlayStation 3, y éste no es otro que PlayStation Move.
Con estos precedentes, el telón de fondo infantil en el que se ve plasmado este título da lugar también a escarbar entre los recuerdos pasados de los más mayores, encontrándonos con peculiaridades de este mundo tan rico tiempo ha olvidadas, y otras cuya fama las precede y gozan de una sólida presencia en ese concepto tan amplio y abstracto que supone la basta cultura general de una sociedad. De esta manera, coincidirán todos aquellos dibujos bañados en la sobriedad del blanco y negro, los que dieron el salto a la primera paleta de básicos colores en segunda instancia, para finalmente encontrarnos con todos aquellos personajes trazados a todo detalle y de más reciente creación.
Con todo esto, aquella ausencia del primer título liderado por Warren Spector y que no vio la luz en la consola de Sony, se ve remendada con la presencia de su secuela haciendo uso de el control de movimiento Move para manejar aquellos particulares pinceles que dotaban de color o provocaban su ausencia en todos aquellos objetos y enemigos que se ponían a merced de un poder controlado por el mismísimo Mickey Mouse en su colorida versión más vintage. Pero además, esta vez no estaremos solos, pues Oswald el conejo afortunado constituirá la variante más importante en una historia, que como bien señala el título, es cosa de dos.
[BREAK=Argumento]
Argumento
Después de los sucesos acontecidos en aquella primera entrega denominada como Epic Mickey, Oswald, su novia Ortensia y el resto de habitantes del lugar donde residen todos aquellos dibujos que no disfrutan del reconocimiento más afamado conocido como El Páramo, se ven bajo la amenaza de nuevo de los fieros terremotos que devastaron sus hogares con anterioridad. El pánico se apodera de nuestros olvidados amigos, pues temen que tras este desastre esté de nuevo el Doctor Loco y sus maléficas máquinas, pero cual será la sorpresa al comprobar que, el otrora villano asegura que no es el responsable y que reclama la ayuda de Oswald con tal de llegar al fondo de la situación, para salvar así a todos los habitantes de este particular emplazamiento.
Sin embargo, Ortensia no termina de fiarse de estas afirmaciones y –ante la aparente ingenuidad del conejo- pretende pedir ayuda a aquel que consiguió salvar El Páramo tiempo atrás, y este reclamado héroe no es otro que el famoso ratón Mickey Mouse. Así pues, y ataviado de nuevo con los poderosos pinceles mágicos del imponente brujo Yen Sid, capaces de dar y quitar color a todo aquello que se mantenga a su alcance, decide ponerse en marcha junto a Oswald con la intención de averiguar qué se esconde detrás de los terremotos y cuáles son en realidad las verdaderas intenciones del Doctor Loco.
De esta manera se plantea una historia que, si bien va enfocada a un público de marcada tendencia infantil, se antoja extremadamente típica e insulsa por un sencillo motivo, y es que posiblemente desaprovecha todo un ajuar de riquezas sólo al alcance del poderío de la propia Disney. Porque a lo largo de las diferentes misiones –que pueden llegar a ocuparnos hasta quince horas- vislumbraremos dibujos e historias de ayer y de hoy, pero seguramente no en la cantidad ni en la intensidad que se debería presuponer en un título de esta índole.
La base principal sobre la que debería haberse apoyado el título con mucho más ahínco es la presencia de cameos continuos que reforzaran el carácter de la historia que se nos presenta. Y éstos están presentes, por supuesto, pero no de la manera que uno cabría esperar, porque además el peso que poseen los dibujos de corte antiguo hace necesaria la aparición más a menudo de referencias más o menos actuales. Esta carencia se nota sobretodo en la historia principal, pues en las tareas alternativas no se suele plasmar este toque tan característico que en el argumento se echa a faltar en ocasiones.
De todas maneras, la magia de Disney impregna cada recoveco del argumento que se nos plantea, ya sea a través de los anteriormente reclamados cameos, o de los escenarios tan variopintos que arrojan detalles llamativos sobre todo lo que ha aportado dicha fábrica de dibujos a la industria audiovisual. Tema aparte además que contribuye a la causa es el doblaje, que ayuda a evocar aquellas reminiscencias del pasado que antes hacíamos referencia, arrojando a nuestros oídos tonos y voces antaño escuchadas hasta la saciedad.
[BREAK=Jugabilidad]
Jugabilidad
La propuesta de Warren Spector da el salto a PlayStation 3 con una transformación basada en el mismo concepto que sostuvo la jugabilidad de la anterior entrega en la consola que la vio nacer. De esta manera, se asienta toda ella sobre la precisión absoluta que puede plasmar PlayStation Move a cualquier juego que intenta hacer uso de sus cualidades. Y es que en esta ocasión el dispositivo de control se tornará en el mágico pincel que emulará el poder de los que posee el bueno de Mickey Mouse para dar y quitar color a todos los elementos que se presten a ello.
Está funcionalidad –que será la base jugable de todo el título-, radicará su uso en la creación de plataformas prestablecidas para ser pintadas, así como la apertura de pasajes secretos donde alcanzar ciertos coleccionables o la debilitación de los enemigos que vayan saliendo a nuestro paso. Tanto el pincel de disolvente como el de color contarán con un depósito limitado que podremos ir rellenando prácticamente con cualquier tipo de interacción que realicemos con el escenario, al abrir cofres o incluso al derrotar algún que otro contrincante.
En estos menesteres tan artísticos tendremos la disyuntiva que se plantea al poder elegir entre los dos tipos de control disponibles. Pues si bien hemos comentado que Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes está íntimamente ligado a PlayStation Move, cabe la posibilidad de adentrarnos en el juego mediante el control clásico que ofrece nuestro DualShock 3. Ciertamente es de agradecer esa posibilidad que no ata exclusivamente a un control determinado que no siempre es accesible, pero sin ningún tipo de duda la experiencia más satisfactoria correrá a manos del controlador Move dada la extrema precisión con la que gozaremos a la hora de pintar o disolver todo aquello que requiera nuestra atención.
Pero dejando de lado los cimientos básicos heredados y que se respetan en esta entrega, nos encontramos aquí con la novedad jugable más remarcable relativa a la cooperación local que podremos emplear sobre Oswald, bien sea dejando sus acciones al libre albedrío de la inteligencia artificial que posee el propio juego o bajo la tutela de un compañero que se siente a nuestro lado y asuma el control de este simpático conejo. Es una lástima que este modo cooperativo no esté disponible también a través de internet, pues es muy posible que no siempre contemos con alguien al lado que pueda ayudarnos en nuestra tarea.
Esta ausencia de interacción online cobra importancia cuando descubrimos que la inteligencia artificial de la que hace gala nuestro compañero es totalmente nefasta, llegando a desesperar en muchas ocasiones cuando vemos que Oswald no responde correctamente a las órdenes que le enviemos. Algo que realmente puede invadir de impotencia a más de uno, pues dependeremos en muchísimos momentos de la intervención de este pequeño amigo para poder superar determinadas zonas, ya sea activando dispositivos concretos o ayudando a debilitar a los enemigos que nos asalten.
Por otro lado, el componente relativo a las plataformas está presente en todo momento dada la catadura del juego en cuestión. Sin embargo, éstas no supondrán reto alguno, más allá de discernir aquellas que puedan ser manipulables desde nuestros mágicos pinceles o las resultantes de resolver alguno de los puzles que irán apareciendo en el transcurso de la historia. Rompecabezas además que se echan a faltar con más frecuencia, ya que aunque su sencillez sea consonante a la franja de edad a la que va dirigido el título, su continua presencia y planteamiento original hubiera dado mucha más variedad y personalidad a un juego cuyo género es tan adherente a este tipo de pruebas especiales.
Mención especial merecen los niveles en dos dimensiones que conformarán enlaces entre las diferentes zonas de El Páramo, distinguiéndose dos tipos, a saber: aquellos que aparecen usando ciertos portales con forma de proyector de cine, o los que se sitúan como una suerte de alcantarillas cuyo avance emula el recorrido entre zonas en un espacio totalmente distinto. El primero de este tipo será sin duda el que mayor atractivo posea, pues el corte clásico que bañará estas misiones supera por mucho en encanto al segundo. Pero pese a todo, se vuelve a echar en falta más desarrollo y más mimo en una idea realmente encomiable, pero que no termina de aprovechar todo el potencial de un género de plataformas extremadamente desarrollado hasta el día de hoy en la industria del videojuego.
Más allá de lo relativo al género que nos atañe, en Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes tendremos a nuestra disposición una ingente cantidad de componentes coleccionables en forma de pequeñas misiones que acompañarán la historia principal, distribuyéndose éstas en los diferentes niveles en los que está dividido el juego y delimitadas algunas de ellas a un determinado terreno. Cabe destacar entre todas las relativas a la captura fotográfica de ciertos elementos, o la recolección de piezas de algún que otro objeto desperdigadas por algún camino en concreto. Un tipo de misión ésta última que se reitera muchas veces, pero que posee cierto grado de búsqueda e indagación con un nivel de dificultad ligeramente superior a lo que estaremos acostumbrados.
La conclusión que se extrae al profundizar un poco en todas estas opciones es que nos encontramos ante un juego mediocre en la vertiente en la que se localiza, destacando particularmente la original propuesta de control, pero estableciéndose como contrapunto importante todas las ideas bien planteadas y que no han contado con un desarrollo de calidad a la altura del estilo jugable ni de la propia Disney.
[BREAK=Gráficos y Sonido]
Gráficos
Siendo este juego una obra cuya esencia pertenece a la afamada productora Disney, es obvio que la mayor virtud gráfica reside en todo el repertorio artístico que bebe directamente de la ingente cantidad de películas y series de animación que se han ido realizando a lo largo de su historia. Escenarios con ese trazo inconfundible en el dibujo, atrezo compuesto con elementos por todos conocidos y que identificaremos al instante o el propio diseño de los personajes que aparezcan, serán una muestra clara de todo el potencial que posee Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes en este aspecto.
Destacables en esta vertiente son los niveles de dos dimensiones a los que antes hacíamos referencia, que cuentan con un incremento en la carga de estos adornos en unos fondos bastante agradables a la vista, y que contrastarán muchas veces con el uso del blanco y negro en algunas de las ocasiones en que usemos los proyectores de vídeo para acceder rápidamente de una zona a otra.
Sin embargo, será difícil no pensar mientras saltamos de plataforma en plataforma que este título supone una reconversión adaptada al HD para nuestra PlayStation 3. Y es que, pese a que luce a un nivel aceptable y adecuado para el tipo de imágenes que se nos muestran, es incuestionable que una edición realizada exclusivamente para consolas con alta definición hubiera supuesto un espectáculo visual fuera de toda duda, y no un acabado que consigue salvar la simpatía artística de todo el poderío de Disney.
Sonido
Es muy posible que este apartado sea el que cuente con más claroscuros de todos los anteriormente descritos, pues a una banda sonora original totalmente dinámica y que se alimenta directamente de toda la biblioteca sonora que dispone la productora que da vida al juego, le aborda una serie de temas de corte más neutro asociadas a localizaciones de El Páramo que no cuentan con ningún tipo de enlace con tramas existentes anteriormente. El resultado a veces se establece como una mezcla sobria e inane, que rompe con un acabado magnifico en todas aquellas ocasiones que se eche mano del repertorio musical más arraigado del universo Disney.
Cabe destacar en cambio la excelencia del doblaje con el que cuentan los personajes más carismáticos de este juego, y cuyo reconocimiento con los sonidos que emitían en el pasado será absolutamente preciso y definido, sin encontrar en ningún momento voces que rompan con aquellas tan familiares que siguen almacenadas en nuestra mente. Sólo se echa a faltar en esta ocasión un mayor repertorio de frases, pues es posible que acabemos saturados de escuchar una y otra vez de manera constante las indicaciones que se nos marquen o las exclamaciones que desprendan nuestros personajes.
Finalmente, los efectos sonoros tendrán una calidad aceptable, con el característico sonido de la pintura al manchar las paredes y las interferencias eléctricas de nuestro compañero Oswald como representación principal en esta materia, además de los diferentes efectos que se puedan extraer de interacciones varias con el escenario a la hora de saltar, destruir mobiliario o derrotar enemigos.
[BREAK=Conclusiones]
Conclusiones
Epic Mickey: El Retorno de Dos Héroes se antoja un evidente “quiero y no puedo” con el agravante importantísimo relativo a la riqueza argumental y visual que posee una fábrica de dibujos tan importante como lo es Disney, y que en ocasiones no se hace efectiva su muestra de la manera en la que cabría esperar. Todo este potencial se ve muchas veces desaprovechado al no exprimir todos los recursos que se ponen a disposición de cualquiera que intente indagar un poco en todo el repertorio con el que cuenta dicha productora.
Además, y pese al excelente control de movimiento que se extrae del uso de PlayStation Move, la novedosa inclusión de un multijugador cooperativo local se ve algo ensombrecida por la carencia de una faceta en línea que facilitaría el uso de esta funcionalidad sin necesidad de concretar un espacio físico determinado, y sobretodo sin sufrir la aberrante inteligencia artificial de la que hace gala Oswald y que dará más de un quebradero de cabeza a Mickey Mouse, y por ende a nosotros mismos.
Pero aunque no aproveche de una manera efectiva todos los recursos que dispone Disney como apuntamos anteriormente, cada brizna de escenario regada por la magia de esta productora encandilará a todos aquellos jugadores que en un pasado gozaron de las historias más variopintas y los personajes más simpáticos que se nos fueron brindados. Además, y pese a los altibajos de la banda sonora, el doblaje mantiene la esencia habitual y dará ese toque de familiaridad que cabe esperar de un juego que evoca tantas sensaciones antaño vividas.
Una verdadera lástima que como juego de plataformas y con las asperezas relativas a la jugabilidad que hemos señalado no cuente con la calidad a la altura en la que se sitúa Disney. Una propuesta interesante que puede hacer las delicias a más de uno por esos recuerdos que evoca, sí, pero que no debe hacer perder la perspectiva de lo que realmente ofrece, que siendo poco se torna en un conjunto de carencias difíciles de obviar.
Lo mejor:
- La diversión que obtengamos al jugar en cooperativo con alguien a nuestro lado.
- Unas fases en dos dimensiones realmente entrañables.
- Doblaje preciso en su entonación que se corresponderá con esas voces almacenadas en nuestra memoria.
- Unos cameos y detalles en los escenarios que nos recordarán lo mejor del maravilloso mundo Disney…
- …pese a que se desaprovecha un potencial enorme y que puede dar más sí.
- Un entramado de plataformas en tres dimensiones (e incluso en las fases de dos) con poca profundidad.
- La inteligencia artificial que brilla por su ausencia y entorpece en mucho la experiencia.
- Ausencia de cooperación online que pudiera sortear en todo momento esta inteligencia artificial imperfecta.
- Un apartado gráfico reconvertido a la alta definición que no debería contentar a los usuarios de PlayStation 3.
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